En su exposición Morgan Quero desde el Centro de Convenciones Cerro Yuli en Arequipa afirmó que el tema que nos reúne es “Tender un puente entre la economía informal y la formal: promoviendo la inversión en el desarrollo inclusivo y equitativo de los recursos humanos en la región de Asia y el Pacífico”.

Entre las prioridades de esta visión está trabajar hacia un “Crecimiento fuerte, equilibrado, seguro, sostenible e integrador” para lo cual, las economías APEC se comprometen a “intensificar el desarrollo inclusivo de los recursos humanos, así como la cooperación económica y técnica, para dotar mejor a nuestra población de las capacidades y los conocimientos necesarios para el futuro”.

El tema en agenda hace referencia al lema de APEC Perú 2024 “Empoderando a las personas y las empresas para un crecimiento inclusivo y sostenible”. El Perú plantea, entre sus prioridades, trabajar hacia un “Comercio e inversión para un crecimiento inclusivo e interconectado”.

Esta prioridad está enfocada en fortalecer un comercio abierto, libre e inclusivo que propicie un crecimiento económico que abarque diversos sectores de la sociedad, promoviendo la interconexión, la inclusión y garantizando la sostenibilidad a largo plazo.

El acceso sostenible e igualitario a la educación, la capacitación y el empleo, incluyendo las carreras técnicas y la formación profesional, de manera que incluya a todos, desde la primera infancia, primaria, secundaria, hasta los estudios superiores, técnicos productivos y a lo largo de la vida, permite que más personas alcancen su mayor potencial.

“Somos una región económicamente muy dinámica e interconectada, tenemos metas comunes. Al hablar de un crecimiento sostenible, equilibrado, seguro e inclusivo tenemos que considerar a todas las personas, no dejar a nadie fuera. Nuestras sociedades son diversas, pero deben estar más integradas. Debemos apuntar a la cohesión social, empezando por nuestras propias economías”, enfatizó el titular de la cartera de Educación.

Las barreras que las personas con discapacidad y las personas con movilidad reducida enfrentan en las ciudades son múltiples, deberíamos considerar el diseño universal como el camino hacia la eliminación de estas barreras, toda vez que este tipo de diseño considera a la persona y sus necesidades como el centro del diseño, como la motivación principal; es la herramienta que permite que las personas con discapacidad y personas con movilidad reducida puedan disfrutar de sus derechos como cualquier otro individuo.

Por último, vale la pena recordar que el trabajo de lograr ciudades accesibles e inclusivas es más que un trabajo que nos compete a todos, es un trabajo que debe hacerse de manera coordinada. De poco sirve que cada quien, por su lado, avance en tener espacios accesibles si no tenemos rutas accesibles. Debemos estar conectados, relacionados, integrados.

Es importante que nos comprometamos y que pensemos en la cadena de accesibilidad como el concepto guía de todo nuestro esfuerzo: pensar que la continuidad en el acceso a los espacios nos permite conectar lugares y servicios sin barreras, de modo que podamos aproximarnos, acceder, usar y salir de todo espacio y recinto con autonomía y facilidad, sin necesidad de requerir apoyo adicional. Todos somos sujetos de derecho, todos somos agentes de cambio, y todos, absolutamente todos, debemos comprometernos a lograr ciudades inclusivas y accesibles.